Bitcoin Gold (BTG) se lanzó en 2017 como una bifurcación dura de Bitcoin, con el objetivo de restaurar la descentralización del proceso de minería al cambiar el algoritmo SHA-256 de Bitcoin a Equihash. Este cambio tenía como objetivo hacer que la minería fuera accesible para más personas, ya que Equihash está optimizado para la minería con GPU, que es más accesible que los mineros ASIC especializados y costosos que se utilizan para Bitcoin. Al permitir que participe cualquier persona con una GPU estándar, Bitcoin Gold promueve una red más descentralizada, defendiendo los principios de la visión original de Bitcoin.
Además de democratizar la minería, Bitcoin Gold implementó funciones de seguridad y usabilidad, incluida la protección contra repeticiones para evitar transacciones accidentales en la cadena incorrecta y un formato de dirección único para evitar confusiones con las direcciones de Bitcoin. El ecosistema de BTG incluye soporte para la red Lightning, lo que permite transacciones más rápidas y soluciones de segunda capa para un procesamiento de pagos escalable y eficiente. Este marco también admite cadenas laterales y funcionalidad de contratos inteligentes, lo que mejora las capacidades de BTG más allá de las simples transacciones entre pares.
A pesar de sus innovaciones, Bitcoin Gold ha enfrentado desafíos de seguridad y relaciones públicas, incluido un ataque del 51% y un controvertido evento posterior a la minería en el que se extrajeron 100.000 BTG para financiar el proyecto. Estas medidas, aunque inicialmente controvertidas, han ayudado a sostener el desarrollo, mantener la descentralización y respaldar el objetivo de BTG de crear una alternativa transparente y accesible a Bitcoin.